No fue un descubrimiento, fue un encuentro de dos culturas, que rápidamente se convirtió en colonización, despojo, masacres y genocidios, el conquistador europeo llegó a las tierras de América con una espada sedienta de sangre en una mano y una cruz igual de cruel en la otra, llevaron al exterminio a pueblos enteros, más de 70 millones de nativos murieron en el proceso de colonización y conquista, más de 12 millones de negros africanos fueron arrancados de sus tierras y convertidos en animales de trabajo en las más infrahumanas de las condiciones.

Se alteró el curso natural de la historia, España no llevo al que llamaron el nuevo mundo ni hispanidad, ni desarrollo, ni nada que celebrar, en nombre del Rey y de Dios se usurpó, se violó y se asesinó a pueblos nobles, sin armas, ni entrenamiento militar, se destruyó culturas ancestrales que dominaban las medicina, las matemáticas o la astrología con más perfección que los sabios del viejo mundo, no hubo piedad ni compasión con los que con palos y piedras decidieron defender su tierra contra un enemigo muy superior en técnicas y armas.
El primer rebelde indígena el Cacique Hatuey proveniente de La española lideró en Cuba la primera resistencia contra los invasores, fue el primer ejemplo de rebeldía y lucha contra el yugo que España impusiera a nuestras tierras de América por varios siglos.
Dicen que Hatuey fue condenado a morir en la hoguera, por hereje y rebelde se cuenta que antes de ser quemado, uno de los religiosos españoles que acompañaban a la tropa, le preguntó si quería aceptar a Jesús para ir al cielo. Fray Bartolomé de las Casas narró en uno de sus escritos que el líder Taíno preguntó si los españoles iban al cielo. Ante la respuesta afirmativa, dijo que entonces él no quería ir allí para no tener que volver a ver a gente tan cruel.
Ese ejemplo de valor, rebeldía y resistencia es lo que hay que ponderar tras la fecha del 12 de octubre, Hatuey fue la semilla de la que salieron Miguel Hidalgo, Simón Bolívar, José de San Martín, Carlos Manuel de Céspedes, Antonio Maceo, Máximo Gómez, José Martí y muchos más que se levantaron contra el yugo que oprimía a todo un continente.
Aunque lejana en la historia la barbarie que se cometió en América no puede ser olvidada en la conciencia de la humanidad, que pidan perdón el Rey y la iglesia, que asuman su vergüenza.