Los seis mayores bancos suman 17.085 millones en el primer semestre; el nuevo sistema de pago del impuesto especial suaviza su impacto y alimenta el debate sobre la desigualdad
La banca española continúa batiendo récords de beneficios en un contexto de precariedad para gran parte de la población. Entre enero y junio, las seis principales entidades con sede en España —Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja— obtuvieron un beneficio conjunto de 17.085 millones de euros, el equivalente a 94,4 millones diarios. Es un 65% más que en el mismo periodo de 2022, justo antes de que el Banco Central Europeo (BCE) iniciara la subida de tipos de interés.
El motor de este crecimiento ha sido, sobre todo, el ciclo alcista de tipos iniciado en 2022 para frenar la inflación. Una medida que encareció las hipotecas y los préstamos para hogares y empresas, pero que disparó la rentabilidad de la banca. Aunque el BCE inició en 2024 un giro a la baja en los tipos, la pausa decidida en julio mantiene elevados los márgenes del sector.
En el reparto de beneficios, Santander lidera con 6.833 millones, seguido de BBVA (5.447 millones), CaixaBank (2.951 millones), Sabadell (975 millones), Bankinter (541 millones) y Unicaja (338 millones). La mitad de estas ganancias provienen del negocio en España, donde el sector sumó 8.800 millones, un 19% más que en 2024.
El llamado “impuestazo” a la banca, aprobado en 2023 y vigente hasta 2027, grava el margen de intereses y las comisiones de las entidades. Desde diciembre de 2024, se aplica de forma progresiva con tipos del 1% al 7%, destinando la recaudación a las comunidades autónomas.
En los dos primeros años de vigencia, las seis grandes entidades abonaron más de 2.500 millones. CaixaBank pagó 866 millones, Santander 559, BBVA 500, Sabadell 348, Bankinter 172 y Unicaja 73. Este año, sin embargo, el nuevo sistema de pago fraccionado ha reducido la presión a corto plazo: en total, 566 millones hasta junio, frente a importes mucho mayores abonados de golpe en ejercicios anteriores.
CaixaBank ha pagado 296 millones (-39,9% respecto a 2024), Santander 174 (-48%), BBVA 170 (-40,3%), Sabadell 62 (-67,7%) y Unicaja apenas 10 (-87,3%). Bankinter, gracias a una deducción fiscal no aplicada por sus competidores, no pagará nada este año.
Oposición judicial y advertencias del BCE
Pese a sus cifras históricas, la banca mantiene su batalla contra el gravamen. Las dos principales patronales —AEB y CECA— han recurrido la norma ante la Audiencia Nacional, alegando que España es el único país de la UE con un impuesto de este tipo y que ello limita su competitividad. El BCE ha advertido de posibles efectos negativos, aunque no ha pedido su supresión. El Gobierno lo defiende como una medida justa para que el sector aporte más a la sociedad.
El futuro: beneficios todavía muy altos
Aunque el segundo trimestre ya reflejó un leve enfriamiento —con 8.598 millones, un 2% menos interanual—, la rentabilidad sigue muy por encima de los niveles previos a 2022. Si no hay un cambio brusco en la política monetaria y el crédito se mantiene activo, el sector podría cerrar 2025 con otro récord. Los resultados baten récords en un contexto de crisis de desigualdad, reforzando el debate sobre un modelo económico que concentra beneficios en pocos actores y cuyo impacto social apenas se mitiga con medidas fiscales extraordinarias.
Fuente: Mundo Obrero