El boicot al festival Viña Rock continúa creciendo tras hacerse pública su vinculación empresarial con el fondo de inversión KKR. Desde la publicación del cartel, hace menos de dos semanas, nueve artistas han abandonado ya la programación, en un contexto marcado por las críticas y el rechazo de colectivos activistas y parte del sector musical.
El cartel presentado por el Viñarock ya se percibía como poco atractivo en comparación con ediciones anteriores debido a la negativa de numerosos artistas a participar en un evento vinculado a este fondo de inversión. Entre los grupos y artistas que se han bajado del cartel de este año se encuentran Bob Vylan, Morodo, Balkan Bomba, Interferencias, Grex y Che Sudaka, además de otras cancelaciones.
BOICOT KKR difundio un comunicado en el que responde al último pronunciamiento del Viña Rock, en el que la organización aseguraba haber iniciado “acciones legales contra quienes buscan dañar al festival”, aclarando que estas no irían dirigidas contra las bandas musicales. Para el colectivo, este mensaje busca desacreditar el boicot y reducir los posicionamientos políticos de activistas y artistas a una supuesta campaña de desprestigio.
Vínculos con el fondo KKR
Uno de los principales motivos del boicot es la relación del Viña Rock con KKR, a través de la empresa The Music Republic, integrada en Superstruct Entertainment. BOICOT KKR denuncia que este fondo mantiene inversiones relacionadas con la ocupación de territorios palestinos y con tecnología militar utilizada por Israel, lo que consideran incompatible con los valores culturales y sociales que el festival afirma defender.
Estrategia de lavado de imagen
BOICOT KKR asegura que la organización del Viña Rock estaría desarrollando una estrategia de “reparación de imagen”, basada en retrasar el anuncio del cartel definitivo, generar incertidumbre sobre los cabezas de cartel y activar campañas emocionales en redes sociales, mientras se contacta de forma masiva con bandas, especialmente emergentes, en un contexto de presión mediática.
Según BOICOT KKR, esta estrategia beneficia únicamente a la organización y puede perjudicar a los grupos que acepten participar, al exponerlos a un conflicto público que el festival no resolvería.
Militarización y denuncias laborales
El comunicado de BOICOT KKR también denuncia la militarización del recinto, con un amplio despliegue policial en accesos y zonas internas del festival, que —según el colectivo— responde más a dinámicas de control y recaudación que a necesidades reales de seguridad.
Asimismo, se recogen denuncias reiteradas de explotación laboral, con jornadas de hasta 20 horas, salarios bajos y condiciones precarias, citando reclamaciones realizadas por sindicatos como CNT y CGT y por medios de comunicación alternativos.
Seguridad privada, memoria histórica y patrocinios
BOICOT KKR vuelve a señalar la contratación en 2022 de la empresa de seguridad Triple A Control, vinculada —según investigaciones periodísticas— a antiguos miembros de Desokupa y a personas relacionadas con la extrema derecha, acusando al Viña Rock de haber negado públicamente esta relación.
El colectivo recuerda además que el recinto donde se celebra el Viña Rock se asienta sobre la fosa común franquista conocida como “Los Barrenos”, y critica la celebración de un macrofestival sobre un espacio de memoria histórica sin un tratamiento adecuado.
La presencia de patrocinadores como Burger King, incluida en campañas de boicot del movimiento BDS, y denuncia la falta de recursos reales en la atención a víctimas de agresiones, señalando que los puntos violetas fueron autogestionados por colectivos feministas como Las Quijotas, Abanico, Femirockers o ViñaLGTBI son reprimidos.






