Francesca Albanese presentará el 28 de octubre su nuevo informe, en el que advierte del “colapso del Estado de derecho internacional” y pide suspender toda cooperación con Israel
La relatora especial de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, presentará el próximo 28 de octubre su nuevo informe titulado “El genocidio en Gaza: un crimen colectivo”. El documento, cuyo adelanto ya se ha publicado en la web de la ONU, sostiene que el genocidio perpetrado por Israel “es un crimen colectivo sostenido por la complicidad de Estados terceros influyentes”, que han permitido “violaciones prolongadas y sistemáticas del derecho internacional”.
A través de sus redes sociales, Albanese afirmó que “con sus acciones y omisiones, terceros Estados han permitido la opresión del pueblo palestino y su genocidio”, y apeló directamente a la ciudadanía: “Esos Estados tienen la obligación de poner fin a su complicidad y hacer justicia. Y nosotros, el pueblo, tenemos que hacerlo realidad”.
Un sistema de complicidad global
El informe subraya que el genocidio en Gaza “no ha ocurrido de forma aislada”, sino como parte de un “sistema de complicidad global” en el que numerosos países continuaron prestando apoyo militar, diplomático, económico e ideológico a Israel mientras este “utilizaba el hambre y la ayuda humanitaria como armas de guerra”.
Albanese señala que estas acciones y omisiones convierten a los Estados en “partícipes o facilitadores” de crímenes de guerra y de lesa humanidad, al tiempo que denuncia las “narrativas coloniales” que deshumanizan al pueblo palestino y la “protección diplomática” de la que goza Israel.
“El mundo se encuentra ahora al borde del colapso del Estado de derecho internacional o de la esperanza de su renovación”, advierte el texto, que reclama a los gobiernos suspender todas las relaciones militares, diplomáticas y económicas con Israel para no incurrir en complicidad directa o indirecta.
Crítica a los dobles raseros y exigencia de rendición de cuentas
La relatora denuncia los “flagrantes dobles raseros” de la comunidad internacional y recuerda que la justicia no se limita a los juicios penales, sino que incluye “reparaciones, restitución, compensación y garantías de no repetición”.
El documento insiste en que el genocidio en curso ha sido “facilitado internacionalmente” y acusa a “muchos Estados, principalmente occidentales”, de legitimar y normalizar la campaña genocida israelí. Por ello, exhorta a todos los países a revisar de inmediato sus lazos con Tel Aviv y a investigar y procesar a empresas e individuos implicados en la comisión o incitación de crímenes.
Peticiones concretas
Entre sus recomendaciones, el informe pide:
- Embargos integrales de armas y sanciones comerciales contra Israel.
- La suspensión de su membresía en Naciones Unidas en aplicación del Artículo 6 de la Carta.
- La activación de la resolución “Unión por la Paz” (377), que permitiría a la Asamblea General actuar ante la parálisis del Consejo de Seguridad.
- El fortalecimiento de la UNRWA y del sistema de Naciones Unidas en su conjunto.
Asimismo, insta a la sociedad civil, sindicatos y juristas a vigilar las acciones de sus gobiernos y promover campañas de boicot, desinversión y sanciones hasta el fin de la ocupación y del apartheid israelí.
Las relaciones internacionales con Israel
El texto detalla cómo las transferencias de armas y la cooperación militar —principalmente desde Estados Unidos, Alemania, Italia y Reino Unido— han permitido el dominio israelí sobre el pueblo palestino. Entre 2023 y 2025, 26 países enviaron cargamentos de armas y municiones a Israel, incluyendo España, Francia, India y China.
El informe también advierte de que la cooperación económica y comercial ha reforzado la economía israelí: en 2024, el comercio internacional representó el 54 % de su PIB, con la Unión Europea como principal socio. “Solo Colombia, que prohibió las exportaciones de carbón a Israel, ha actuado”, señala.
Estados Unidos y el bloqueo diplomático
Albanese denuncia el papel de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, donde ha utilizado su veto en siete ocasiones para frenar resoluciones de alto el fuego, proporcionando así “cobertura diplomática al genocidio israelí”. También menciona las abstenciones y dilaciones de otros países europeos como elementos que “reforzaron la narrativa política” que permitió a Israel continuar la ofensiva.
Un informe bajo sanciones
La relatora no podrá presentar su trabajo en la sede de la Asamblea General de la ONU en Nueva York debido a las sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump, que la acusa de colaborar con la Corte Penal Internacional en la investigación de crímenes israelíes y estadounidenses. Washington ha extendido también esas sanciones al propio tribunal de La Haya, en lo que Albanese interpreta como un ataque al derecho internacional.
“El futuro del derecho internacional está en juego”
En sus conclusiones, Francesca Albanese advierte que la humanidad se encuentra ante una disyuntiva histórica: “O colapsa el Estado de derecho internacional, o renace”. Y ese renacimiento, insiste, solo será posible “si se enfrenta la complicidad, se asume
Fuente: Mundo Obrero