Llevamos tiempo siendo testigos de una propuesta absurda, peligrosa y profundamente incoherente: colocar un avión militar, un verdadero instrumento de guerra, en una zona verde de nuestra ciudad de Albacete, en una rotonda significativa y visible de nuestra ciudad. Desde Izquierda Unida, no podemos permanecer callados ante este atropello a nuestros valores democráticos y sociales.
En primer lugar, esta decisión contradice de raíz el espíritu de defensa de la vida, la paz y la memoria democrática que nuestra ciudad debe preservar. No podemos glorificar o naturalizar la guerra instalando un artefacto bélico en un espacio público destinado para la convivencia, la reflexión y el disfrute ciudadano. La militarización de nuestra glorieta es una ofensa a la cultura de paz y feminista que defendemos con contundencia.
Por otra parte, el coste económico que supone este espectáculo militarista es absolutamente irresponsable en tiempos de dificultades sociales y limitación de recursos públicos. No existe transparencia real sobre las cifras que comprometerá el Ayuntamiento, pero sí sabemos que habrá costes importantes por traslado, mantenimiento, seguros y reparaciones. Con esos fondos se debería reforzar la sostenibilidad, ampliar zonas verdes, mejorar servicios para todas las personas o invertirlos en vivienda pública, no alimentar esta idea de poder y dominio bélico que queremos desterrar.
Desde Izquierda Unida, y con el compromiso firme que exhibe Unidas Podemos, reclamamos un modelo de ciudad que respete la vida, promueva la igualdad y defienda la naturaleza como patrimonio común. Rechazamos esta señal de retroceso y nuestro voto en el pleno será un no rotundo a la militarización del espacio público. Exigimos que se paren estas ideas anacrónicas y que el Ayuntamiento invierta en proyectos que verdaderamente respondan a los retos sociales y ambientales presentes y futuros de Albacete.
Porque una ciudad que apuesta por la paz, la sostenibilidad y el feminismo es una ciudad digna, justa y transformadora. Nuestro compromiso es con esa Albacete, no con símbolos de guerra ni derroches inútiles. La verdadera defensa de nuestra tierra comienza por protegerla, cuidarla y no herirla con decisiones equivocadas.










