El evento, centrado en IA y ciberseguridad, contó con la presencia de la empresa estadounidense, que ha adquirido varias compañías israelíes con conexiones con el ejército de Israel.
El pasado 23 de mayo el Colegio de Economistas de Albacete organizó la jornada «Estrategias Inteligentes: Ciberseguridad e IA», organizada por, se desarrolló en el Parque Científico y Tecnológico de Albacete. Para la realización de este evento, se decidió que, para hablar sobre las amenazas cibernéticas actuales y las estrategias de protección necesarias para las empresas, era necesario contar con la multinacional estadounidense CrowdStrike, especializada en ciberseguridad y con fuertes vínculos con la industria militar israelí, una industria colaboradora y partícipe del genocidio del pueblo palestino.
CrowdStrike, líder en el sector, ha adquirido en los últimos años varias empresas israelíes de ciberseguridad, algunas fundadas por exmiembros de unidades de inteligencia militar israelíes. Entre ellas destacan Flow Security, cofundada por Jonathan Roizin, quien sirvió en la unidad de inteligencia del ejército israelí y fue comprada por 500 millones de dólares, y Adaptive Shield, adquirida por 300 millones de dólares. Estas compañías mantienen estrechos lazos con el ejército israelí.
La tecnología israelí y su uso militar
La industria de ciberseguridad israelí es una de las más avanzadas del mundo, pero también una de las más cuestionadas debido a su colaboración con el ejército. Según denuncian colectivos como el movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), la tecnología israelí es «cómplice del genocidio y el apartheid» contra Palestina, lo que ha llevado a llamamientos para boicotear a empresas vinculadas a este sector.
Según recogen medios como El Salto, hay informes que revelan el uso masivo de Inteligencia Artificial (IA) por parte de Israel en operaciones militares. Sistemas como «Habsora», que identifica blancos en Gaza, o «Lavender», que rastrea sospechosos, han sido acusados de facilitar ataques con altas cifras de víctimas civiles. Uno de los más controvertidos es «Where’s Daddy?», que localiza objetivos en sus hogares y calcula automáticamente el número de «daños colaterales» permitidos, llegando a autorizar hasta 300 civiles muertos, dependiendo de la importancia del blanco.