En el corazón de Villamalea, un pequeño pueblo en la Manchuela, un grupo de amigos ha dado vida a un proyecto tan vibrante como único: Three Headed Monkey, un Sound System de dub completamente autogestionado. En esta entrevista descubrimos cómo, partiendo de la curiosidad y el entusiasmo, lograron construir su propio equipo, mantener viva una tradición musical de raíces jamaicanas y adaptarla a su entorno rural. Con el respeto como pilar fundamental y el vinilo como símbolo de autenticidad, este colectivo no solo organiza fiestas inolvidables, sino que también promueve un ambiente inclusivo, alejado de prejuicios y actitudes negativas.
Los integrantes nos comparten su experiencia, las anécdotas que marcan su camino y su visión sobre cómo el dub puede resonar con fuerza incluso en las tierras manchegas. Aquí, lo importante no es solo la música, sino la conexión con la comunidad y la esencia de disfrutar cada momento en armonía.
¿Cómo se os ocurrió montar un Sound System de Dub aquí en Villamalea? ¿Fue amor a primera vista con el dub o algo que fue surgiendo poco a poco?
Pues básicamente fue desde que empezamos a irnos de rave y fiestas de Dub, que empezamos a notar el sonido de ahí en los equipos. Empezamos a descubrir lo que era el Sound System y, a partir de ahí, decidimos crearnos el nuestro.
Pinchar en vinilo tiene su magia, ¿qué os engancha tanto de este formato y qué os da que lo digital no puede ofrecer?
Pues lo principal es porque la cultura Sound System siempre ha sido así. Ha sido en vinilo, con un plato y ya está. A ver, el formato vinilo está guay, porque puedes tocar el disco, o sea, no es tan abstracto como en digital. El vinilo tiene el formato físico y es como se ha hecho siempre, aunque alguno de nosotros ya se está tirando más a lo digital.
¿Por qué un plato solo y no dos?
Lo hay porque desde que se empezaron a hacer los Sound System en Jamaica siempre ha sido con un plato y efectos. Tenemos varios platos, pero lo hacemos así por mantenernos más fieles a la cultura.

¿En qué se diferencian vuestras fiestas de otras más convencionales?
¡El respeto! Principalmente que no se toleran actitudes de mierda en nuestras fiestas. Y que, además, toda la gente es bienvenida, siempre y cuando haya buena actitud. Lo único que buscamos nosotros también es que la gente disfrute, que pase un buen rato y que no sea todo fachada, por decirlo así. Si la gente viene a la fiesta a beber y a hacer el canelo pues genial, pero cuando la intención ya es únicamente ir a intentar ligar y todo ese tipo de cosas de babosos mejor que no vengan. Que cada uno haga lo que quiera, eso sí, pero sin pasarse. Respetando.
He oído que hicisteis vosotros vuestro equipo ¿Cómo fue el proceso de fabricar vuestros propios altavoces? ¿Qué dificultades y satisfacciones os encontrasteis en el camino?
Al principio lo veíamos como algo imposible, pero fuimos preguntando a gente que nos fue guiando un poco, nos fue pasando algunas páginas de internet y cosas así. Eso sí, mucho dinero. Fue una inversión inicial bastante grande, poco sabíamos en lo que nos metíamos realmente cuando lo hicimos todo. No teníamos ni idea de carpintería ni de nada. Ninguno sabía de sonido, ninguno sabía carpintería, pero al final preguntando a gente, con esfuerzo y pasta, se consigue todo. Y juventud, porque teníamos sobre 28 años… De hecho, ahora seguramente no lo haríamos. Pero también porque sabemos lo que es. En 2018 lo empezamos con el primer Scoop, y lo acabamos a los dos años, justo antes del COVID.
¿Cómo han sido vuestras primeras experiencias en vivo y cómo ha reaccionado la gente a su primer contacto con vuestro sound system?
Las primeras fiestas son de las que más te acuerdas. Al principio tenías una ilusión y veías que la gente se lo pasaba bien y que respondía igual. También es algo nuevo que la gente no suele escuchar ni suele tener esa experiencia y gracias a nosotros también va conociendo toda esta historia. Aun recordamos cuando montamos en la parcela de nuestro amigo Manolo, que fue justo cuando había menos restricciones del COVID y todo eso, vino el padre y el tío del Mochi (uno de los miembros), y le dijimos que fuesen delante del equipo. Ellos no querían ir porque pensaban que se quedarían sordos. Cuando fueron para delante y volvieron, lo hicieron con una sonrisa en la cara y diciendo que era una sensación única, que nunca habían vivido una vibración así en el cuerpo, una resonancia interna. Nos quedamos mucho con esos detalles y sobre todo con todas las primeras fiestas que hicimos. Al final nos metimos en esto por hacer fiestas y traer el sound system o el sonido de un sound system, que no tiene por qué sonar siempre la “vieja música”. También nos gustaba que fuera en nuestro pueblo, entre amigos y que viniera gente de la comarca, o de fuera de ella, a este rollo, porque por aquí por la Manchuela no se hacen fiestas así.

Montar y desmontar el equipo debe ser una aventura. ¿Alguna vez os habéis encontrado con un lío técnico en pleno show?
Siempre pasa algo, siempre hay imprevistos. Si no te funciona el altavoz, sales loco hasta que sabes lo que es, que a lo mejor es el cable, a lo mejor es no sé qué… Siempre nos pasa algo. Luego te encuentras de todo cuando desmontas, incluso a veces hemos visto pelos enganchados en los altavoces, o cosas raras. Yo creo que no ha habido una vez que hayamos montado a la primera y todo perfecto, aunque en realidad nosotros hemos tenido suerte de que no se nos han jodido cosas gordas y durante los bolos. No se nos han quemado altavoces, ni nos ha pasado algo así muy fuerte. Sí se nos han jodido dos etapas de momento, que es la de los tweeters, que son las menos potentes, y una ni siquiera se ha jodido en un bolo. Yo creo que nos podemos dar con un canto de los dientes. Pero siempre salen problemas técnicos como que hay un cable que no hace buena conexión y no suena tal altavoz, salvo eso, no hemos tenido nunca problemas muy graves, pero bueno, siempre surge algún inconveniente. Igual tampoco le hemos metido mucha, mucha presión al equipo. Alguna vez le metemos presión al final, pero no está todo el rato bajo presión. Alguna vez que otra nos ha clipeado y ha petardeado y lo hemos corregido rápidamente. Nada que te haga replantearte dejarlo todo y venderlo. También es verdad que ves otros Sound Systems y el rack son todo luces, todo cacharros. El nuestro es como muy simple, es sus etapas, no tenemos un procesador. Lo justo para que suene. Pero bueno, poco a poco se irá haciendo.
El Dub viene de lejos, de Jamaica, ¿cómo sentís esa conexión en plena Manchuela? ¿Encontráis algo en común?
La conexión en realidad no es tanta, es más bien la cultura que te llega de allí pues tu agarras todo lo positivo que encuentras en esa cultura e intentas ofrecérselo a alguien más. O sea, culturalmente, y sobre todo con el tema de Sound System, muchas cosas. Que compartamos luego todo lo que venga de la cultura jamaicana, pues probablemente hay más cosas que no que sí. A nosotros nos gusta lo que decimos, hacer fiestas y que venga la gente que queremos, cercana, y que lo pasemos bien en un ambiente familiar y siempre con respeto. Usamos lo que nos gusta de la cultura, pero le damos nuestro rollo, no nos ceñimos tampoco a la cultura estricta. No somos Rastafari. Y no damos la charla entre vinilo y vinilo de One Love y todo lo que tiene que haber aquí es amor. Ya se sabe que lo único que hace falta es respetar y ya está, y a partir de ahí pasar un buen rato entre las personas que estemos.
¿Cómo reacciona el público de vuestro pueblo y de la zona cuando suena el sound system? ¿Les sorprende o se meten de lleno?
Se meten de lleno. Es una experiencia que, si no has estado nunca en el Sound System, la primera vez que vas te choca. Sentir la presión de los subgraves, sentir eso si no lo has vivido es muy intenso. La gente de por aquí que no ha tenido la oportunidad y les ha gustado ir a fiestas de estas cuando han venido, lo sienten, notan que es una fiesta diferente. Con la anécdota del padre de nuestro compañero y su tío se podría responder perfectamente a esta pregunta.
A la hora de elegir los discos para pinchar, ¿os dejáis llevar por el momento o lleváis una lista clara de lo que queréis pinchar?
Pues sí que es cierto que los primeros bolos que teníamos y que hicimos, sí que quedábamos para pensar qué poníamos y qué no, pero también es que tendríamos una lista un poco escasa. Teníamos a lo mejor 20 vinilos y quedábamos para seleccionarlos. Ahora sí que es cierto que cada uno va poniendo los suyos que le gustan y le apetece, pero ya no solemos tener una lista. También es porque conocemos los vinilos que tiene cada uno y los que tenemos en conjunto. Además, siempre vamos un poco escalonados, empezamos con un poco de Roots, un poco de Dub, luego empiezas a subir un poco el tono y así.
¿Cuántos vinilos tenéis en vuestra colección?
Ni idea, música reggae en formato físico seguramente entre 300 y 400. Cada uno empezó con una compra de un poco lo que pudo. A lo mejor empezamos con 20 vinilos, 6 que se compró cada uno, y ahora pues tendremos unos 300 o por ahí.
¿Habéis tenido la oportunidad de compartir escenario con otros sound systems? ¿Qué tal la experiencia de mezclar vibes?
La verdad es que ha sido un gustazo. Y siempre que hemos traído Sound System han estado bien, a gusto, o eso creemos. Hemos intentado darles casa, comida y todo lo que se puede cuando comparten un Sound System. A parte ha venido gente de otros Sound System a pinchar. Y también hemos ido nosotros a otras ciudades como Zaragoza o Murcia, hemos ido a pinchar en otro Sound System y siempre bien. Deseando hacer algún viaje con nuestro sound system también. Es que, es lo que decimos, al final lo mejor es el ambiente. El ambiente que se crea, familiar, de amigos, te echas unas cervezas y unas risas. Y sobre todo también tenemos la intención de traer otros sound systems para que la gente de la comarca conozca a otros equipos de sonido autoconstruidos y que puedan decir, joder, este suena diferente o suena mejor por aquí y tal. Que conozcan un poco también, ya no solo la cultura, sino también el trabajo de otras personas. Al final, es cómo traer a un cantante o un grupo de música que va a cantar unas canciones y decir, qué bien toca este grupo. Igual escuchar a un Sound System de unos de Valencia o de Alicante, o de Cuenca, pues también puede significar que digas: “joder, qué bien suena esto que han hecho”. Hemos hecho tres meetings, uno con Solar Vibes (Valencia), otro con Roots Bazooka (Cuenca), y otro con los Yakkas Sound System (Valencia). También hemos traído a pinchar a nuestro Sound System a los Big Naturals de Albacete, que han venido a cantar alguna vez, a Skank 45, a Groove and Soul (Zaragoza), a Erik, a Agustín y Adri de Ojito Pestaña, Angela Lujan con el saxo (Villamalea), a Adres Selecta (Casas Ibáñez), entre otros. Al final se trata de hacer fiestas con gente, como decía, que son amigos, que son artistas, y que vengan y toquen y hagan lo que les apetezca, que no tengan la presión tampoco de un concierto, es decir, tengo que tocar esto sí o sí, lo tengo que hacer bien, aquí puedes improvisar. Están en el baile y cuando quieren, si les apetece cantar, tocar algún instrumento o ponen alguna canción en concreto pues adelante.
¿Qué esperáis conseguir a largo plazo con vuestro colectivo?
La meta desde el principio fue conseguida porque tampoco era una meta a nivel nacional de ir viajando por ahí con tu Sound y todo eso. Para nosotros la meta era desde el principio presentar la Sound System a la gente de la comarca, que sepan de la cultura y vean que hay distintas formas de hacer fiestas en las que lo importante es, como decimos, pasarlo bien con gente cercana. Eso para nosotros era también bastante importante. Básicamente se consiguió desde el principio. También el objetivo es seguir haciéndolo, que últimamente está más complicado
Para finalizar: ¿Nos recomendaríais algún grupo?
Pues, por ejemplo, a los Big Naturals o a Ojito Pestaña, que ya los hemos nombrado, pero la verdad que son bastante buenos.
