CCOO denuncia que, pese al crecimiento sin precedentes del sector, los trabajadores de la hostelería cobran un 25% menos que la media nacional y sufren precariedad estructural
Mientras terrazas y hoteles se llenan durante la Semana Santa y los puentes de primavera, el sector hostelero español continúa batiendo récords de actividad. Solo en el primer trimestre de 2025, el empleo en hostelería creció un 5,4%, incorporando a unos 100.000 trabajadores. En paralelo, España recibió en 2024 más de 24 millones de turistas, una cifra histórica. Sin embargo, según denuncia Comisiones Obreras (CCOO), ese auge no está traduciéndose en mejoras laborales para quienes sostienen el sector: siguen trabajando en condiciones precarias y mal remuneradas.
Según datos de Comisiones Obreras, los empleados del sector cobran de media 1.818 euros brutos al mes, lo que supone un 25% menos que el salario medio en España, situado en 2.273 euros. La desigualdad se agrava en el caso de las mujeres, que a pesar de representar el 57% de la plantilla, perciben un 13% menos que sus compañeros hombres, es decir, 173€ mensuales menos. Para Marcos Gutiérrez, secretario de política institucional de CCOO Servicios, “no puede ser que cada año la hostelería bata récords de actividad, pero que los salarios y el empleo no crezcan al mismo ritmo”.
La rentabilidad media de los negocios de hostelería superó el 7% en el último año, pero esos beneficios no se están trasladando a sus plantillas. Casos como el de Daniela S., una joven de 28 años que ha trabajado durante una década en restaurantes de la zona más turística de Asturias, lo reflejan con claridad. Relata haber cobrado en verano apenas 1.200 o 1.400 euros por jornadas de 12 o 13 horas, con contratos que solo le reconocían 8. Ahora trabaja en la limpieza de un centro de salud y asegura que no volvería a la hostelería “mientras tenga otra alternativa”.
Aunque la temporalidad ha comenzado a reducirse y se sitúa por debajo de la media nacional, la realidad sigue siendo compleja. El 80% de los asalariados tiene contratos considerados estables, pero dentro de ese grupo, más del 16% son fijos discontinuos. Esta figura, introducida en la reforma laboral de 2021, permite combinar periodos de trabajo con otros de inactividad, pero muchos trabajadores denuncian que se usa como vía para mantener la precariedad con otro nombre.
Muchos empleados del sector se enfrentan a prácticas irregulares que, aunque ilegales, siguen siendo habituales. Entre ellas destaca la contratación en categorías profesionales inferiores a las funciones realmente desempeñadas, con el objetivo de reducir costes salariales. Es común encontrar cocineros contratados como ayudantes o camareros con contratos de ayudante de camarero, lo que no solo repercute en un salario menor del que les correspondería, sino que también perjudica sus cotizaciones, afectando a futuras pensiones, prestaciones por desempleo y derechos sociales. Esta infracategorización es una forma más de precariedad encubierta que sigue lastrando la dignidad laboral en el sector.
Además, el sector es uno de los más afectados por problemas de salud mental. Según datos oficiales, un 12,16% de las bajas por depresión o ansiedad en España corresponde a trabajadores de la hostelería. Las largas jornadas, los turnos sin descanso y el incumplimiento del convenio colectivo son parte de un sistema laboral que muchos consideran agotador y poco sostenible.
Desde el Gobierno se está negociando una reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, una medida que, según el Ministerio de Trabajo, tendrá un impacto especialmente positivo en este sector. Si para el conjunto de trabajadores el recorte será del 2%, en la hostelería podría superar el 5%, gracias a una mayor presión inspectora que ha forzado a parte del sector a empezar a corregir algunos abusos. Aun así, los sindicatos advierten que esta mejora no responde a un cambio de mentalidad empresarial, sino a un cumplimiento mínimo de la ley impuesto desde fuera.
Para CCOO, el argumento de que “la gente no quiere trabajar” no se sostiene: los negocios que ofrecen buenas condiciones, como los hoteles de lujo o de cinco estrellas, no tienen problemas para contratar personal. La falta de mano de obra está más relacionada con la precariedad que con la falta de voluntad. Y mientras tanto, la hostelería española sigue creciendo en cifras, pero arrastrando los mismos males de siempre.
Fuente: Mundo Obrero