Más de la mitad de los jóvenes británicos de entre 13 y 27 años considera que el Reino Unido sería «un lugar mejor» bajo el mando de un líder autoritario que prescindiera del Parlamento y las elecciones. Los datos, extraídos de una encuesta del instituto Craft para el documental Gen Z: Trends, Truth and Trust de Channel 4 —que se estrena este jueves—, han encendido las alarmas en un país donde la democracia parlamentaria ha sido pilar histórico, pero que hoy enfrenta una crisis de credibilidad entre las nuevas generaciones.
El estudio, realizado a 3.000 personas, revela que el 52% de la Generación Z apoya la idea de un «líder fuerte» al margen de instituciones democráticas, mientras un 33% ve con buenos ojos un gobierno militar. Además, un 47% de los jóvenes aboga por un cambio radical mediante la revolución, frente al 33% de los adultos entre 45 y 65 años. Alex Mahon, directora ejecutiva de Channel 4, advierte: «Desde que nacieron, han estado expuestos a la polarización, la confusión y el engaño de las redes sociales. Esto socava el valor de la democracia».
Brecha de género y discursos reaccionarios
La investigación también expone una fractura generacional y de género. El 45% de los jóvenes varones cree que la promoción de la igualdad «ha ido demasiado lejos» y que ahora «se discrimina a los hombres». Un participante de 25 años llegó a afirmar sentirse perjudicado por ser «hombre blanco, heterosexual y normativo», a pesar de reconocer su «ventaja cultural» histórica. Este discurso, según analistas, refleja la influencia de figuras como Andrew Tate, el influencer británico acusado de explotación sexual, cuyos mensajes misóginos y elitistas circulan sin filtros en plataformas como X (antes Twitter), reinstauradas tras la compra de la red por Elon Musk.
La exposición a la extrema derecha en redes sociales se perfila como un factor clave. Tate, con su retórica machista y su ostentación de riqueza, ejemplifica cómo los algoritmos premian contenidos polarizantes.
Starmer vs. Musk: la batalla por el relato
El primer ministro laborista, Keir Starmer, ha chocado con Elon Musk por su negativa a regular los discursos de odio en redes. Musk, que reactivó cuentas de agitadores de extrema derecha, defiende su postura bajo la bandera de la «libertad de expresión». Sin embargo, el Gobierno británico alerta que esta visión encubre mensajes autoritarios y misóginos. «No se trata de censura, sino de proteger a una generación bombardeada por mentiras que romanticen el autoritarismo», afirmó un portavoz del Ejecutivo.
Mientras, organizaciones progresistas exigen políticas educativas que refuercen el pensamiento crítico y medidas contra la desinformación. «La Generación Z no es inherentemente autoritaria», subraya Clara Bennett, activista de derechos digitales. «Es una generación criada en la posverdad, que ve cómo el sistema actual no resuelve sus problemas: precariedad, crisis climática y desigualdad. Si la izquierda no ofrece respuestas, otros llenarán ese vacío con soluciones falsas y peligrosas».
Fuente: Mundo Obrero