El 35,3% de los hogares de Castilla-La Mancha no puede permitirse irse de vacaciones al menos una semana al año, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida de 2024 publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra supone un incremento del 8,28% respecto al año anterior, cuando el porcentaje se situaba en el 32,6%.
El dato registrado este año es el más elevado desde 2019, cuando alcanzó el 37,7%, lo que refleja una preocupante tendencia al alza en la imposibilidad de acceder a un descanso vacacional.
En comparación, la media nacional de personas que no pueden permitirse unas vacaciones se sitúa en el 33,4%, lo que coloca a Castilla-La Mancha por encima de la media estatal en este indicador de precariedad.
Los afectados, como siempre, son la clase obrera que se enfrenta a una creciente dificultad para cubrir sus necesidades básicas. Los salarios no están subiendo al ritmo del coste de vida, y cada vez resulta más complicado reservar parte del ingreso para el ocio o el descanso. A esto se suma el aumento del precio de la vivienda: en ciudades como Albacete capital, alquilar por menos de 600 euros es casi imposible, lo que obliga a muchas familias a destinar hasta la mitad de su salario únicamente a pagar por un hogar en el que vivir.