El líder del PP valenciano garantiza su continuidad con un acuerdo presupuestario que incluye medidas contra la inmigración y el medioambiente, mientras la investigación sobre la DANA estrecha el cerco sobre su gestión.
En plena crisis política y bajo una creciente presión para que dimita, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha anunciado un preacuerdo con Vox para la aprobación de los Presupuestos autonómicos de 2025. El movimiento, que refuerza su posición en el Ejecutivo autonómico, llega en un contexto en el que su continuidad está cuestionada por la investigación judicial sobre la gestión de la DANA del pasado octubre.
El líder del Partido Popular valenciano ha comunicado este lunes el principio de acuerdo con la formación de extrema derecha, aceptando sus exigencias en materia de inmigración y medio ambiente. La noticia ha sido celebrada por Santiago Abascal y los dirigentes de Vox, mientras que desde Génova aseguran haber estado informados en todo momento y respaldan la decisión de su barón territorial, a pesar de las tensiones que han marcado su relación en las últimas semanas.
El Consell pretende aprobar las cuentas este jueves, para que sean tramitadas en Les Corts y sancionadas definitivamente en mayo. “Les confirmo que estamos trabajando en un acuerdo que nos permita sacar adelante la ley de Presupuestos de 2025 con el apoyo del grupo parlamentario Vox. Es más, no solo un acuerdo de Presupuestos, sino un plan de impulso de la Comunidad Valenciana para lo que resta de legislatura”, ha manifestado Mazón en una comparecencia institucional sin preguntas.
El acuerdo con Vox supone un salvavidas para Mazón, que se encuentra en una situación comprometida. La jueza de Catarroja que investiga la gestión de la DANA ha llamado a declarar como investigados a su exconsejera de Interior, Salomé Pradas, y al exsecretario de Emergencias, Emilio Argüeso, aunque no puede citar al president por su condición de aforado. Mientras el cerco judicial se estrecha, Mazón refuerza su alianza con la extrema derecha para mantener su posición, pese a que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, vinculó el pasado viernes su continuidad al desarrollo de la investigación.
En su intervención, Mazón ha agradecido la “voluntad sincera” de Vox para superar la crisis generada por la DANA y ha criticado con dureza a los partidos de la oposición, a quienes acusa de no haber mostrado “altura de miras”. Sin embargo, lo que para el president es un pacto presupuestario, para otros sectores políticos y sociales supone una cesión evidente a la agenda ultra, con la asunción de medidas que han generado polémica.
Concesiones a la extrema derecha: inmigración y medio ambiente
Uno de los puntos más controvertidos del acuerdo es la aceptación de la posición de Vox en inmigración. Mazón ha anunciado que la Generalitat no acogerá más menores migrantes, alegando que los centros de acogida están saturados. También ha exigido a la Delegación del Gobierno que haga público el número de detenidos por pillaje durante la emergencia de la DANA, una petición que sigue la retórica de criminalización de la inmigración promovida por la extrema derecha.
Además, Mazón ha asumido el discurso de Vox contra las políticas medioambientales de la Unión Europea. En un ataque directo al Pacto Verde europeo, el president ha afirmado que sus medidas “van directamente contra la esencia de nuestra economía” y ha defendido un “cambio radical” en la gestión ambiental. Sus declaraciones, alineadas con el negacionismo climático de la ultraderecha, han generado inquietud en sectores ecologistas y en la comunidad científica, que alertan del impacto de estas políticas en el futuro del territorio valenciano.
Un giro que tensiona la política valenciana
El pacto con Vox consolida la mayoría parlamentaria de Mazón, pero también evidencia su dependencia de la extrema derecha para mantenerse en el poder. Mientras Génova intenta contener la crisis y distanciarse de los sectores más radicales del PP, el líder valenciano refuerza su alianza con la formación de Abascal, en una estrategia que podría tener repercusiones a nivel nacional.
El movimiento de Mazón deja clara su apuesta política: reforzar su vínculo con Vox para resistir en la Generalitat, incluso a costa de asumir postulados que pueden generar rechazo en amplios sectores de la sociedad. Resta por ver cómo afectará esta estrategia a su futuro político y al del propio Partido Popular en la Comunidad Valenciana.
Fuente: Mundo Obrero