Noventa y nueve médicos, cirujanos, enfermeros, enfermeras y comadronas estadounidenses que han trabajado como voluntarios en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023 dirigen una carta al presidente Biden y a la vicepresidenta Harris para pedirles que impongan un alto el fuego a las partes beligerantes, retirando el apoyo militar a Israel y apoyando un embargo internacional de armas a este país. También les instan a reabrir inmediatamente el paso fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto que permita la entrega de ayuda sin restricciones por parte de organizaciones humanitarias internacionales reconocidas. También el acceso pleno y sin restricciones de profesionales y equipos médicos y quirúrgicos. Narran los horrores que vive la población. Salvo excepciones marginales, todo el mundo en Gaza está enfermo, herido o ambas cosas.
Aseguran que el número de víctimas mortales en Gaza desde octubre es muy superior al que se anuncia. Hablan de 118.908 víctimas mortales, el 5,4% de la población de Gaza”.
Durante su trabajo en Gaza han sido testigos en primera línea del horror del castigo colectivo provocado no sólo por las bombas sino por la enfermedad causada al impedir a la población el acceso a agua potable y alimentos. Narran los efectos de la desnutrición provocada, poniendo el foco los niños y las mujeres embarazadas. En Gaza se realizan cesáreas sin anestesia, como el resto de las operaciones quirúrgicas. Cuentan que no tenían ni jabón. Las madres desnutridas no puedan amamantar a sus hijos que mueren de hambre. No hay agua potable ni para limpiar las heridas de las intervenciones, que se infectan, ni para los biberones de los recién nacidos que se hacen con agua envenenada.
Estos profesionales estadounidenses explican en qué situación se encuentran sus colegas palestinos, de sus detenciones a manos el ejército israelí, de los abusos físicos y psíquicos sufridos en prisiones israelíes así como de simulacros de fusilamiento. Ellos también están desnutridos y devastados física y mentalmente.
“Todos y cada uno de los firmantes de esta carta vimos a niños en Gaza que sufrieron una violencia que debió de estar deliberadamente dirigida contra ellos. En concreto, todos los que trabajamos en urgencias, cuidados intensivos o cirugía tratamos a niños preadolescentes que recibían disparos en la cabeza o el pecho de forma habitual o incluso diaria”.
Los 99 firmantes estadounidenses se dirigen al presidente Biden y a la vicepresidenta Harris, “ojalá pudieran ver las pesadillas que nos atormentan a tantos desde que hemos regresado: sueños de niños mutilados y mutilados por nuestras armas, y sus madres inconsolables suplicándonos que los salvemos. Nos gustaría que pudieras oír los llantos y gritos que nuestra conciencia no nos deja olvidar. No podemos comprender por qué siguen ustedes armando al país que está matando deliberadamente a estos niños en masa”.
Rafael Poch recoge la carta íntegra en su blog
https://rafaelpoch.com/2024/10/06/en-gaza-cada-dia-es-7-de-octubre/