El Plan Territorial de Emergencias Municipal de Albacete (PLATEMUN) identifica las grandes amenazas que podrían poner en jaque a la ciudad: incendios, inundaciones, accidentes químicos o terremotos. Pero aunque sobre el papel todo parece estar previsto, ¿sirve realmente? ¿Qué ocurre cuando esos planes no llegan a la gente? ¿Quién se beneficia de su elaboración?
¿Qué es el PLATEMUN y para qué sirve?
El PLATEMUN es un documento técnico que planifica cómo debe actuar el Ayuntamiento ante catástrofes o emergencias colectivas. Establece jerarquías, recursos disponibles y protocolos de actuación. Es obligatorio en ciudades de más de 20.000 habitantes y se integra dentro del Plan Territorial de Castilla-La Mancha (PLATECAM).
Sobre el papel, su utilidad es evidente: prevenir el caos, actuar con rapidez y coordinar medios. Pero en la práctica, estos planes suelen quedarse en despachos y cajones. Redactados por consultoras externas, pueden superar fácilmente las 300 páginas, no se difunden de forma accesible y la población no sabe que existen ni qué debe hacer en caso de emergencia. El de Albacete, por ejemplo, tiene 562 páginas.
Puedes descargarlo aquí.
¿Sirven de verdad? El ejemplo de la DANA en Valencia
Durante la DANA que afectó gravemente a la Comunidad Valenciana, se volvió a demostrar que muchos de estos planes no se aplican cuando realmente hace falta. A pesar de contar con protocolos diseñados para lluvias torrenciales y evacuaciones, las decisiones se tomaron tarde o no se tomaron, dejando a miles de personas expuestas a inundaciones y cortes.
Los planes estaban ahí, pero nadie los usó.
Expertos en Protección Civil, incluso desde organismos públicos, han denunciado que estos documentos se elaboran para cumplir con el trámite legal, pero sin voluntad real de aplicarlos o formar a la ciudadanía. No basta con tener el documento: hay que usarlo, actualizarlo, enseñarlo y ensayarlo.
¿Cuánto cuesta un plan como el PLATEMUN?
La elaboración de estos documentos se encarga a empresas especializadas y puede superar los 30.000 o 40.000 euros por municipio, en concreto el de Albacete costo 75.000€. En muchos casos, se reciclan modelos y se replica contenido genérico.
Ese dinero sale de los presupuestos municipales, pero ni se traduce en una mayor preparación social ni garantiza la eficacia cuando llega la emergencia.
Los riesgos en Albacete, uno por uno
Pese a todo, el PLATEMUN identifica correctamente los principales escenarios de riesgo en Albacete. Los repasamos aquí, junto con zonas críticas y medidas ciudadanas básicas —información que debería estar impresa en cada colegio, centro social y casa de cultura.
1. Inundaciones
- Zonas: Canal de María Cristina, Aguas Nuevas, carreteras de Ayora y Valencia.
- Qué hacer: Refugiarse en zonas altas. No usar sótanos. Evitar circulación por carreteras anegadas.


2. Incendios forestales
- Zonas: La Pulgosa, monte bajo, pedanías y zona sur.
- Qué hacer: Alejarse por zonas despejadas. En casa, confinarse cerrando ventanas y puertas.

3. Accidentes químicos
- Zonas: A-31, vías del tren, polígonos industriales.
- Qué hacer: Alejarse. En casa, cerrar puertas/ventanas y apagar ventilación. Escuchar radio.
4. Terremotos
- Qué hacer: Refugiarse bajo muebles. No usar ascensores. Salir con calma tras el temblor.
5. Tormentas y vientos fuertes
- Qué hacer: Asegurar objetos exteriores. Evitar zonas con árboles o cornisas inestables.
6. Cortes de suministro (luz, agua, telecomunicaciones)
- Qué hacer: Tener agua potable, linternas, batería externa. Cuidar a personas dependientes.
¿Quién manda en una emergencia?
El plan otorga la dirección de la emergencia al alcalde o alcaldesa, quien coordina a Protección Civil, Policía Local, bomberos, Cruz Roja y, si es necesario, la UME. Esto refuerza la centralidad de los servicios públicos, aunque su eficacia real depende de recursos, formación y voluntad política.
Conclusión: entre lo necesario y lo inútil
El PLATEMUN es necesario. Pero no basta con tenerlo escrito. De nada sirve un plan si no se aplica, si no se difunde, si no se ensaya. Y mucho menos si se convierte en un simple contrato para justificar una partida de gasto.
En tiempos de emergencia climática, desigualdad y crisis social, la seguridad colectiva no puede depender de trámites administrativos vacíos, sino de comunidad organizada, recursos públicos suficientes y formación real. En barrios, escuelas, centros sociales y sindicatos, la protección civil debe ser parte de la cultura popular, no solo de la burocracia institucional.