La detención del alcalde de Estambul y principal opositor al presidente genera indignación y represión en el país.
Este pasado domingo, Ekrem İmamoğlu, alcalde de Estambul y principal opositor político de Recep Tayyip Erdoğan, fue trasladado a prisión tras haber sido arrestado el pasado miércoles. Acusado de corrupción y vínculos con el terrorismo, el representante del Partido Republicano del Pueblo (CHP) enfrenta un proceso judicial que ha generado protestas masivas en todo el país, con más de 300 detenidos.
Un arresto con tintes políticos
El arresto de İmamoğlu se produjo cuatro días antes de las primarias del CHP para las elecciones presidenciales de 2028, en las que él era el único candidato. Su detención ha sido catalogada por su partido como un “intento de golpe de Estado” por parte del gobierno de Erdoğan, que ve en el alcalde de Estambul a su rival más fuerte de cara a los próximos comicios.
En un vídeo publicado en su cuenta oficial de X, İmamoğlu denunció: «Un puñado de individuos que intentan usurpar la voluntad del pueblo, abusando de mi querida policía, han enviado a cientos de agentes a la puerta del hogar de la persona que representa a 16 millones de estambulíes».
Protestas y represión en todo el país
Las manifestaciones en apoyo a İmamoğlu han sacudido Turquía, extendiéndose a más de 55 de las 81 provincias del país. Las fuerzas de seguridad han respondido con represión, resultando en 323 detenciones. Además, el gobierno ha intentado restringir el acceso a las redes sociales y limitar la conectividad a internet. La red social X denunció que la Autoridad Turca de Tecnologías de la Información y la Comunicación ordenó bloquear más de 700 cuentas de periodistas, figuras políticas y ciudadanos.
Quién es Ekrem İmamoğlu
İmamoğlu emergió como el principal líder opositor a Erdoğan tras su victoria en las elecciones municipales de Estambul en 2019, cuando derrotó al candidato del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). Su triunfo consolidó la idea de que “quien pierde Estambul, pierde Turquía”, y lo convirtió en una figura clave en la oposición.
Su detención se basa en dos acusaciones: corrupción y vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado terrorista por Ankara. La fiscalía de Estambul lo acusa de “establecer y dirigir una organización criminal, aceptar sobornos, extorsionar y amañar licitaciones”. También sostiene que su administración incluyó a miembros del PKK en instituciones municipales. Estas acusaciones surgieron un día después de que la Universidad de Estambul anulara su título universitario, requisito constitucional para aspirar a la presidencia.
¿Una estrategia para perpetuar a Erdoğan en el poder?
Desde su llegada al poder en 2003, Erdoğan ha consolidado su dominio en Turquía, transformando el sistema político en un régimen presidencialista con amplios poderes ejecutivos. Su gobierno ha enfrentado acusaciones de represión contra la oposición, especialmente tras el intento de golpe de Estado de 2016, que justificó purgas masivas en el país.
A pesar de que la Constitución turca limita a dos los mandatos presidenciales, existen mecanismos legales que podrían permitir a Erdoğan presentarse nuevamente en 2028 si se adelantan las elecciones. Aunque el presidente ha declarado que no buscará un nuevo mandato, la detención de İmamoğlu alimenta la sospecha de que busca eliminar a su principal rival.
A tres años de las elecciones, el futuro político de Turquía se encuentra en un punto de inflexión. La detención de İmamoğlu y la respuesta del gobierno podrían marcar el rumbo del país y definir si Erdoğan logrará mantenerse en el poder más allá de los límites constitucionales.
Fuente: Mundo Obrero