Castilla-La Mancha registró un preocupante incremento en la siniestralidad laboral durante el año 2024, con 58 muertes en el trabajo, un 47,1% más que en 2023. Este dato, junto con las 800 muertes a nivel nacional, ha encendido las alarmas sobre la falta de avances en la prevención de riesgos laborales.
Aunque los Accidentes de Trabajo con Baja (ATB) disminuyeron un 2,3% en la región (27.589 casos), la mortalidad laboral aumentó significativamente. De las 58 muertes, 50 ocurrieron durante la jornada laboral y 8 fueron accidentes «in itinere» (de camino al trabajo), lo que representa un incremento del 300% en este último tipo de siniestros. En lo que va de 2025, Albacete ya ha registrado el primer accidente laboral mortal.
Raquel Payo, secretaria de Diálogo Social, Institucional y Salud Laboral de CCOO CLM, ha calificado estas cifras como «inasumibles» y ha exigido cambios urgentes en las políticas preventivas. Payo destacó la necesidad de que el Instituto Regional de Salud Laboral de Castilla-La Mancha se haga realidad este año, para garantizar el cumplimiento de la ley y mejorar las condiciones de seguridad en los centros de trabajo.
“No podemos tolerar estos porcentajes tan elevados, sobre todo cuando la mayoría de las muertes ocurren por causas y situaciones fácilmente evitables», afirmó Payo, quien insistió en la importancia de aplicar medidas preventivas efectivas para frenar esta tendencia.
El índice de incidencia, que mide el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores, disminuyó en todas las provincias, pero aumentó en los casos de accidentes mortales, lo que refleja la gravedad del problema.
Estos datos ponen en evidencia la necesidad de un cambio profundo en las políticas de prevención y seguridad laboral, no solo en Castilla-La Mancha, sino en todo el país.