Hoy en día muchas personas de nuestro entorno nos expresan que en España, las mujeres, “ nos quejamos de vicio”, “ que tenemos demasiados derechos y que se nos ha subido a la cabeza” “ que somos unas intransigentes”, “ que ya no se nos puede decir nada” y que a diferencia de cómo estábamos hace 40 años “nos quejamos de vicio”. Si miramos a nuestro alrededor, a nivel social, a nivel laboral y profesional, las desigualdades entre hombres y mujeres son claras, así como las que sufren las personas diversas del colectivo LGTBI+, las personas de otras etnias y las personas migrantes, las personas que sufren algún tipo de discapacidad… las personas distintas que no entran en los cánones de unas pocas personas fascistas.
Muchos de los avances en derechos de mujeres, personas de las diversidades sexo-genéricas y la igualdad parecían logros consolidados. Sin embargo, la reciente expansión de la ola de gobiernos conservadores y ultraderechistas dejan claro que estamos aún muy lejos de la igualdad real.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha llegado con una montaña de órdenes ejecutivas y políticas que ponen en serio peligro los derechos humanos, pues atentan claramente contra las políticas de diversidad, equidad e inclusión; las llamadas políticas DEI. Estas órdenes han eliminado, literalmente de un plumazo, iniciativas que promueven la igualdad racial y de género en el gobierno, la educación y el sector privado:
- Eliminación de políticas de igualdad en todos los contratos gubernamentales.
- Purgas de iniciativas de igualdad en la administración pública y el sector privado.
- Despidos masivos de personal federal asociado a programas de diversidad.
- Restricciones y recortes financieros en universidades y centros educativos que incluyan en sus planes de estudio temáticas sobre derechos civiles o historia afroamericana, que incluyan entre sus recursos libros sobre raza o género o que realicen investigaciones sobre desigualdad o salud en comunidades no blancas.
- Presión legal contra empresas que tengan programas de inclusión y planes de igualdad (incluidas las empresas europeas que tienen obligación de tenerlos), rompiendo negociados directos con ellas.
- Falsa meritocracia contra la igualdad
Un memorando de la Oficina de Gestión y Presupuesto del 27 de enero de este año, afirma que la finalidad de las medidas es evitar que los fondos del gobierno federal se utilicen para “políticas marxistas de equidad, ideología transgénero y ambientalismo”. Además, asegura que el concepto de igualdad de oportunidades es algo contrario a los “principios tradicionales”, poniendo en sutil duda la idea de que las personas no blancas, las mujeres y personas LGBTIQ+ deben tener acceso a los mismos derechos. Esta idea se reiteró en otro documento del 26 de febrero, en el que se asegura que los impuestos se destinan a programas “improductivos e innecesarios que benefician a grupos radicales y dañan a los trabajadores estadounidenses”.
Estas políticas del gobierno de Trump buscan que la desigualdad parezca algo natural e inevitable como sucede con el tecnofeudalismo y el capitalismo tardío, esto se implementa mediante estrategias como la disminución de la participación de minorías en las posiciones de poder y la producción cultural, el desmantelamiento de las protecciones del derecho al voto de mujeres y comunidades racializadas o la eliminación de oportunidades de desarrollo educativo y laboral para sectores marginalizados.
En la misma línea, decretó que debe primar “la contratación de personas comprometidas con la mejora de la eficiencia del Gobierno Federal” y se tiene que “impedir que se reclute a personas en función de su raza, sexo o religión, y que no estén dispuestas a defender la Constitución o a servir fielmente al poder ejecutivo”. De la misma forma, ha firmado una orden ejecutiva en la que entierra la identidad de género y solo reconoce “la categoría biológica de sexo” masculino o femenino.
El día en el que se estrelló el avión pilotado por militares “negros” Trump hizo una clara apología del fascismo al culpar a la política inclusiva de Biden de “contratar empleados de otras razas y personas con discapacidad, en puestos en los que solo deberían acceder hombres blancos totalmente sanos… La raza aria”, lo cual fue una manifestación clara de la apología del fascismo y un guiño a las políticas emergentes en Argentina, Italia y Ucrania, junto a Israel. Si pensamos en la segunda guerra mundial, lo que supuso para el mundo y los dos grandes bandos de aquel entonces, totalmente cambiados en el día de hoy nos hacemos idea del sinsentido del viraje que está cogiendo todo el futuro inmediato mundial.
La Administración de EE UU ha acelerado exponencialmente su cambio de rumbo desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. A raíz de la nueva regulación antidiscriminación aprobada por Washington que pone un cerco a las políticas de diversidad, igualdad e inclusión, las embajadas estadounidenses están pidiendo a sus proveedores locales que aseguren que cumplen con el nuevo marco estatal y no aplican ninguno de estos programas. “La Embajada de EE UU en España, como todas nuestras embajadas en el mundo, está comunicando a nuestras empresas proveedoras locales de productos y servicios el nuevo marco de trabajo basado en las recientes órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Trump”, detalla un portavoz de la oficina diplomática estadounidense en España. “Queremos asegurarnos que nuestros contratos cumplan con todas las leyes federales antidiscriminación y que los proveedores no operen programas que promuevan la diversidad, equidad, e inclusión, que violen las leyes federales existentes”, añade… Una incoherencia abominable en sí misma… “ queremos luchar contra la discriminación erradicando todos los programas que luchan contra las discriminaciones…” Para más INRIR, todas las embajadas de EE UU tienen que acatar la orden presidencial de suprimir las políticas dirigidas a la diversidad, la igualdad y la inclusión, según confirman fuentes diplomáticas estadounidenses de la Embajada de España. Las delegaciones estadounidenses en el exterior deben exigir a sus proveedores que certifiquen que no aplican ninguna política interna “de diversidad e inclusión que viole las leyes antidiscriminación” federales. Este requisito deberá probarse a través de la firma de un documento en el que se certifica el “cumplimiento de la conformidad sobre las leyes federales antidiscriminación” y afecta a las empresas sujetas a la ley estadounidense que colaboran con los organismos federales, en el que se incluyen las oficinas diplomáticas. Pero yo tengo la duda de, cuales son esas leyes antidiscriminación que atentan contra la lucha por la discriminación ( voz irónica en off).
De no remitir la información requerida, las empresas se enfrentan a una congelación de los pagos, por tanto el gobierno de Trump de una manera indirecta amenaza veladamente a toda Europa a que “ o se hacen las cosas como él manda y ordena, o se acabaron las relaciones comerciales con nuestro continente”
Puesto que en la legislación europea es obligatoria tener planes de igualdad en las empresas, más públicas y empresas privadas que dependen de contratos públicos para trabajar. Además, hay muchas empresas americanas que tienen aquí sedes, sobre todo las de transporte y comercio internacional (Marítimo, aéreo y transporte y logística trans Internacional)Esas empresas tienen personas trabajadoras españolas, centros de trabajo que aunque tienen a la nave nodriza en América funcionan en España con legislación española y con personal español que deben acogerse a la legislación europea. En muchas de ellas nos estamos encontrando por ejemplo el problema de que no nos dan los datos retributivos de la plantilla, cuestión central para hacer la auditoría retributiva, puesto que en dichas naves nodrizas se niegan a incorporar los datos, contraviniendo a la normativa europea y española en materia de planes de igualdad. Eso conlleva que tengamos que llegar a los tribunales, en más ocasiones de las que deseamos, puesto que bloquean y registran unilateralmente sin acuerdo con los sindicatos.
Si esa amenaza de Trump se hace una realidad conllevará que las empresas intenten negociar con la CEOE el poder “salvar” la contradicción que el país que les está enriqueciendo, contraviniendo la norma y arriesgándose a “la multa” con tal de no romper negociaciones comerciales con EEUU.
Otro problema que surge es que en estos momentos de la negociación colectiva en España, los Planes de Igualdad son casi la única manera que tenemos de entrar en las empresas para poder hacer negociación colectiva, puesto que las negociación de los convenios colectivo está, en su mayoría, bloqueada por la patronal. Por lo cual, si esto siguiera adelante, sería una hecatombe a nivel derechos conseguidos de la clase trabajadora Y el primer paso para que las mujeres y las personas del colectivo LGTBi+ volvamos a nuestras casas y al armario…
Por todo ello, en este 8 de Marzo de 2025 no nos dejan otra que, aún con lluvia, salgamos a las calles, a gritar bien alto… CONTRA EL FASCISMO… ¡¡FEMINISMO!!