«El asesinato de la educadora social asesinada en su puesto de trabajo por tres usuarios del centro en el que dedicaba su vida a ayudar, muestra un sistema de servicios sociales quebrado, que abandona a sus trabajadores y trabajadoras y, por ende, a quienes debería proteger». Así se expresa el PCE en un comunicado en referencia a una tragedia que grita por un cambio en los servicios sociales.
Para el PCE, este crimen no es un hecho aislado, «es el resultado de un sistema que lleva años fallando», que prioriza el ahorro de costes sobre la dignidad de las personas, que explota a quienes trabajan en él y que deja desprotegidos a los más vulnerables. «La raíz del problema no está en ellos —expresa el comunicado— sino en un sistema que ha convertido la precariedad en norma y el desgaste emocional en pan de cada día».
La privatización de servicios que son responsabilidad del Estado hacen pagar el precio a los profesionales que están en primera línea, con bajos salarios y condiciones laborales que rayan en la explotación. Se trata también de un sector feminizado, con 79,3% de las trabajadoras mujeres, en el que se asumen cargas que implican también un desgaste emocional y también violencia física, con incidencias que se archivan y soluciones que nunca llegan.
Desde el comunicado del PCE se apuesta no por el punitivismo sino por el cambio estructural. «Se necesita un cambio estructural y no parches cosméticos», expresan.
«Necesitamos —señalan desde el PCE— más recursos públicos para los servicios sociales, con auditorías que aseguren que el dinero llega a donde debe llegar; Contratos Dignos y estables que den seguridad a los trabajadores y les permitan hacer su labor sin miedo a perder el empleo y con posibilidad de vivir una vida digna; Protocolos de apoyo psicológico para quienes están en primera línea, porque cuidar de otros también implica cuidarse a uno mismo; Fin de la privatización y recuperación de la gestión pública, para que los servicios sociales vuelvan a ser lo que nunca debieron dejar de ser: un derecho, no un negocio».
«Es hora —concluyen— de que nadie más se sienta solo en este sector. Es hora de cambiar las cosas».
Fuente: Mundo Obrero