El conflicto por el derecho a la vivienda ha cobrado una relevancia especial en España, impulsado por sectores de la clase trabajadora que denuncian la especulación inmobiliaria y la desigual distribución de la propiedad. Según la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), esta lucha representa un enfrentamiento directo entre los intereses de la clase trabajadora y aquellos que controlan el mercado inmobiliario, como bancos, rentistas y empresas del sector turístico.
La organización denuncia que los salarios actuales no son suficientes para que una familia trabajadora pueda acceder a una vivienda digna, ya sea en alquiler o mediante hipoteca. Mientras tanto, afirma la UJCE, el precio de los alquileres y las ganancias de quienes invierten en bienes inmuebles han crecido a un ritmo muy superior al de los salarios, intensificando la crisis habitacional.
Ante esta situación, la UJCE defiende la importancia de que la clase trabajadora se organice en barrios y municipios para hacer frente al fenómeno de la especulación y el incremento desmedido de los precios de la vivienda. Sin embargo, advierte de que existen diferentes enfoques en torno a esta lucha. Por un lado, se señalan las posiciones «reaccionarias» que, según el comunicado, criminalizan las movilizaciones y desvían la atención hacia sectores más vulnerables, como las personas migrantes. Por otro, la UJCE crítica a sectores de la «socialdemocracia» por intentar desactivar el potencial revolucionario de este movimiento al integrarlo en una agenda reformista, que considera insuficiente para resolver el problema estructural de la vivienda.
La organización asegura que la experiencia de movilización tras el 15M dejó clara la «insuficiencia de las reformas» dentro del sistema capitalista, señalando como ejemplo la incapacidad de los gobiernos de izquierda para limitar el poder del capital sobre la clase trabajadora.
La UJCE se distancia de las estrategias tradicionales de control de precios y ayudas al alquiler. A cambio, plantea la necesidad de construir un movimiento obrero con una «orientación revolucionaria» que, en última instancia, busque desafiar la propiedad privada en el sector de la vivienda.
Defienden que el movimiento por la vivienda dirigido por la clase trabajadora no se organiza únicamente para conseguir regular los precios de los alquileres, para enriquecer a los rentistas con bonos jóvenes ni para que sea el Estado quien extraiga el salario a través de la renta de la vivienda
La UJCE subraya que el movimiento por la vivienda debe crear en cada experiencia «las instituciones del futuro socialismo.

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